La vivienda

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La gran mayoría de las viviendas son de una sola planta y con una única estancia. Están construidas de adobe, muchas de ellas con suelo de tierra y techumbre de paja o calamina (planchas metálicas que protegen de la lluvia) sobre una estructura de madera. En muchas ocasiones no hay puerta que aísle la estancia del exterior. Las paredes de adobe en algunos casos están recebadas con cal o cemento.

Las cocinas consisten en pequeños hornos de barro, sin salida hacia el exterior, lo que produce que el interior de las viviendas se encuentren siempre llenas de humo. Esto perjudica seriamente la salud de las personas, ya que incrementa considerablemente el riesgo a sufrir infecciones respiratorias y oculares.

Habitualmente las casas no disponen de letrinas y no hay sistema de evacuación de excretas, salvo ocasionales pozos negros.

El agua de consumo son los riachuelos o manantiales cercanos, lo que provoca numerosas enfermedades a la prole. En los núcleos mas habitados el agua está entubada, pero en ningún caso tratada y potabilizada. En otras ocasiones, se capta el agua de los manantiales cercanos a través de canales hacia lugares donde sean accesibles.

La fuente de energía, excepto en las poblaciones donde llega la electricidad, son lámparas o mecheros de keroseno, y velas.

Las viviendas apenas disponen de mobiliario: una mesa, banco de madera y alguna cama.